top of page

VUELE ALTO EN SU CUMPLEAÑOS. SEÑOR PÁJARO

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

Flash un poroto al lado de este hombre. Con una velocidad supersónica, la cual lo hacía físicamente un superdotado. Algunos incluso se animan a decir que fue el mejor socio de Maradona dentro de una cancha. Otros están en condiciones de afirmar que haría un excelente trabajo en el fútbol de hoy en día, en donde predomina la velocidad y verticalidad de un equipo a la hora de atacar por sobre un juego que se base más en la posesión de pelota. Hoy, 9 de enero, cumple años un ex – futbolista que era difícil de ver en un partido, no porque fuese malo (que no lo era), si no porque él era más rápido que la vista. Hoy es el cumpleaños de Claudio Paul Caniggia.

 

¿Cómo puede nacer el “Hijo del Viento”? Ese era uno de los apodos que se ganó gracias a su gran velocidad. El otro era “El Pájaro”. De lo que no queda duda alguna es que Caniggia no corría, volaba. Ferviente y reconocido hincha de Boca Juniors, inició su carrera en River Plate, aunque luego tendría (y no desaprovecharía) una merecida oportunidad en el club de sus amores. Se destacaba tanto que era simplemente natural que su primera chance fuese en alguno de los grandes de Argentina. Debutó en 1985 y esa década de los ´80 fue la peor en la historia del equipo de La Rivera, ya que por esos años la institución no solo vivió una época de sequía de títulos si no también una severa crisis institucional y económica, así que para cualquier futbolista era más negocio en aquellos tiempos jugar para “La Banda”.


Migró a Europa, destacándose principalmente en Italia. La tierra tradicional de las pizzas y los spaghettis presenció la mejor imagen de “Cani”. Allí se celebró el Mundial de 1990, que recibía a una Argentina que ejercía el papel de campeón defensor, pero que igual buscaba renovarse del éxito conseguido cuatro años atrás con algunos nombres distintos en la planilla, como el de Claudio Paul Caniggia, por ejemplo. La albiceleste llegaría a la final nuevamente, pero esta vez le tocaría perderla (de la mano de un error arbitral). Habiendo disputado la Selección los siete partidos de esa competición, el velocista vestido de jugador anotó dos goles que significaron oro puro. Arrancando por el final y mencionando el segundo gol que hizo, fue en la Semifinal contra el anfitrión. El equipo italiano se puso en ventaja y pudo sostenerla hasta el minuto ´67 del segundo tiempo, cuando el local desperdició un lateral en ataque y la visita comenzó un contraataque que culminó en un centro preciso de Olarticochea a la cabeza del goleador argentino. El partido fue empate 1 a 1 y en los penales… “Siamo fuori”. En cuanto a su primer gol, se merece un párrafo aparte, literalmente hablando.


En Octavos de Final se jugó el Superclásico de las Américas, Brasil contra Argentina. Tras una mala fase de grupos donde el campeón defensor clasificó tercero (en aquel entonces eran seis grupos, no ocho, así que clasificaban todos los primeros junto a todos los segundos y los dos mejores terceros), argentinos y brasileros debían disputarse entre ellos el pase a la siguiente fase. Esta fue la única vez que este clásico se jugó en un partido mata-mata de una Copa del Mundo. La Verdeamarella dominó todo el encuentro, pero no pudo convertir. Mereciendo ganar, sufrieron lo que debe ser el gol más doloroso que hayan recibido en su historia. Corría el minuto ´81 cuando el mismísimo Maradona apareció para eludir a 4 contrincantes y asistir al Hijo del Viento, quien trazó una maravillosa diagonal para desmarcarse y eludir a Taffarel con tranquilidad y categoría y marcar un gol de antología.


Al igual que en tierras tanas se vio su mejor versión, también se vio la peor. En 1992, militando para la Roma, dio positivo en doping por haberse fumado un cigarrillo de cocaína. Una fuerte sanción cayó sobre él: trece meses de suspensión, lo cual le valió perderse la Copa América del año siguiente (que además Argentina ganaría), tuvo que pagar cinco millones de dólares de multa y, para finalizar, el club romano prescindió de sus servicios.


Tras el escándalo, y pasados los trece meses de suspensión, fue al Benfica portugués y tras un año allí, volvió a ser compañero del mejor futbolista del mundo. Esta vez, ambos jugaban en el club que amaban, Boca Juniors. Si bien no pudo consagrarse, su paso es digno de destacar. Todo hincha boquense recuerda cuando Boca derrotó a River por 4 a 1 con un hat-trick suyo. Los de Núñez venían de conseguir su segunda Copa Libertadores, eran los favoritos en aquella oportunidad, pero se encontraron con un viejo conocido al cual no le tembló el pulso a la hora de ejecutar la famosa “Ley del ex”. El fanático riverplatense siempre dijo que a sus jugadores ese partido no les importó, por lo que se le venía a la institución más adelante (la Final Intercontinental). Ante ese argumento, “El Pájaro” ironizó: “¿Que no les importaba? ¡Já! Si hasta incluso los mismos jugadores de River nos pedían que bajemos un cambio…”


Un jugador que reemplazaba la función de correr por la de volar. Un futbolista al que nunca le temblaron las piernas para definir de frente al arco rival, ni siquiera ante el de Brasil y para hacer el gol de la victoria y clasificación. Alguien que fue golpeado por una dura sanción en la cúspide de su carrera. Esta fue la vida deportiva de un ave que nunca se cansó de volar.


Franco Janczewski

12 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Commentaires


bottom of page