Cada 20 de marzo se celebra un nuevo aniversario de la fundación del Club Social y Deportivo Defensa y Justicia. Hoy en día, esta institución está en boca de todos por haberse coronado hace poco con su primer campeonato (y uno de carácter internacional como lo es la Copa Sudamericana). Pero ya llegará este artículo a ese punto. Primero, hay que repasar cómo se llegó a ese éxito.
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Al igual que en una película para y sobre preadolescentes, esta historia se inicia con un grupo de jóvenes aburridos y sin nada para hacer durante un verano. Se reunían siempre a hablar de fútbol y jugar un picadito. La pasión por el deporte y la diversión que sentían al practicarlo los llevó a la idea de fundar su propio club. ¿Idea alocada? Si. ¿Espontanea? Por supuesto. ¿Repentina? También.
Esto ocurre en 1935, 86 años atrás. El hincha de Defensa y Justicia no solo puede enorgullecerse de que la primera estrella de su equipo sea una internacional, sino también de que fue uno de los pocos que transitó por absolutamente todas las categorías del fútbol argentino. “¿Y eso qué tiene de bueno?”, se pueden estar preguntando. Es uno de los detalles que marca la humildad en la que se forjó. Un club que las vivió todas, que conoce la alegría del ascenso y la amargura del descenso, que entiende lo que es pelearla desde abajo y que supo hacerse un nombre propio en el fútbol.
Categoría tras categoría, los ascensos se iban hilvanando uno atrás del otro, dejando a su paso momentos dulces para el fanático del Halcón. Uno de estos recuerdos fue el golazo de tiro libre de Ezequiel Miralles a Deportivo Morón. Partido en el que se disputaba la promoción de la B Nacional 2006, cuando el Gallito iba en busca del ascenso habiendo empatado la ida de local 1-1 y le estaba ganando a Defensa la vuelta en Varela 3-2. Cuando todo parecía perdido, apareció Miralles para poner el empate (de manera agónica) 4-4 en el global y, gracias a la ventaja deportiva, aseguró la estadía en la segunda categoría: si empataban en el global con dos resultados distintos en cada partido, el equipo de Varela mantenía la categoría.
Pero si se habla de momentos del ascenso que quedarán para siempre en la memoria del hincha de Defensa y Justicia, se tiene que tocar la temporada 2013/14, cuando un equipo comandado por Diego Cocca queda segundo del campeonato con 75 puntos y asciende a la máxima categoría por primera vez. El próximo 14 de mayo se cumplirán 7 años de este hito. Casi una década entera manteniéndose y sin poner nunca en riesgo su permanencia. Y todo esto para que, 6 años después, conquiste la Copa Sudamericana arrollando a cuánto rival se le pusiese delante y vapuleando en la final a sus compatriotas y vecinos del sur de la Provincia de Buenos Aires (Lanús) 3-0, ya bajo las órdenes tácticas de Hernán Crespo.
La situación amerita que se haga un listado cronológico de técnicos que pasaron por este banco de suplentes desde el ascenso a Primera hasta la consagración en la Sudamericana: Diego Cocca, Darío Franco, “El Turu” Flores, Ariel Holan, Sebastián Beccacece, Nelsón Vivas, Juan Vojvoda, Sebastián Beccacece (segundo ciclo), Mariano Soso y Hernán Crespo. En total 9 entrenadores y en todos ellos se puede ver una clara filosofía ofensiva de juego. La lista podría irse incluso más atrás en el tiempo ya que Cocca fue el sucesor de Jorge Almirón, otro director técnico al quien le gusta la idea de un equipo ofensivo. Defensa se enamoró de una idea y forma de jugar y la mantuvo a lo largo de los años. Estos son los frutos de tener un proyecto y apostar por el mismo, más allá de los resultados.
Un pensamiento claro y un camino largo desde la quinta categoría. El éxito deportivo de Defensa y Justicia se basa en una historia de humildad. Un club fundado por amantes del fútbol que su modo de pasar el tiempo era reunirse para jugar a la pelota en un baldío de la calle Mitre. En un baldío… Ahí nació el Halcón de Varela. Sin embargo, fue en Córdoba donde dejó marcado a fuego su nombre en las páginas del fútbol internacional.
Franco Janczewski
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