top of page

TOKIO ESPERA EN SUEÑOS DE KARATE

Foto del escritor: Leonel MoureLeonel Moure

A un año del que es, junto a la Copa Mundial de la FIFA, el evento deportivo más convocante y masivo de todo el mundo, repasamos juntos y juntas la historia y el significado de un nuevo evento agregado de enorme trascendencia en la cultura local a través de los siglos y que pospuso su estreno por culpa de la pandemia.

 

La noticia de la postergación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue un golpe duro para la organización local. No solo por la histórica situación de la primera suspensión de una Olimpiada en tiempos de paz, sino porque quitó la posibilidad tanto al público local como del resto del mundo de ver por primera vez un torneo olímpico de Karate. El arte marcial nipona, que logró su difusión alrededor del globo tras la Segunda Guerra Mundial, fue uno de los tantos deportes incluidos en el calendario de esta edición y representaba uno de los mayores logros del Comité Organizador en un esfuerzo por atraer al público local. A pesar de que es conocido el apego del pueblo japonés a esta arte marcial, cabe preguntarse, ¿Qué rol social y cultural cumple esta disciplina en Japón? ¿Qué historia hay detrás? ¿Cómo ayudó su expansión en el mundo occidental a su práctica? En los siguientes párrafos, trataré de darle respuesta a estas preguntas.


El Karate Do se origina en las Islas Ryu – Kyu (actual Okinawa) en el siglo XVI influenciado por la llegada de inmigrantes chinos al archipiélago. Esta disciplina, que está conformada por un sistema de golpes que utiliza el cuerpo propio como el arma principal, comenzó a tomar notoriedad en la población luego de la prohibición impuesta por los gobernantes japoneses al uso de armas dentro del territorio y se terminó de expandir por toda la isla. Además de su popularidad por el nulo uso de elementos de combate, su filosofía se destacó por ponderar la justicia y el honor en las batallas. Al pasar los siglos, el anteriormente llamado RyuKyu se diversifica en diferentes estilos que a finales del siglo XIX serán unificados por Anko Itosu el “Abuelo” del Karate moderno.


La primera gran escuela de la que se tiene conocimiento es el Karate Do Shotokan fundado por Gichin, discípulo de Itosu, y Yoshitaka Funakoshi a principios del siglo XX. En este dojo se establecieron por primera vez los uniformes de combate, la reverencia al rival antes y después de cada pelea, los rangos de acuerdo al dominio de la disciplina y la incorporación de la filosofía de Confucio y el código Samurai que marcarán su desarrollo en años posteriores. Al avanzar con rapidez durante las primeras décadas los años 1900, el Karate adquiere un rol social tan importante que comienza a formar parte de la escolarización secundaria como un método de entrenamiento físico y mental, además de servir como entrenamiento para futuras milicias. Tras la invasión a China en el marco de la Segunda Guerra Mundial, se cambia el significado del origen de la disciplina, negando casi completamente sus orígenes relacionados con el país vecino. Sin embargo, esto no evita que por el conflicto armado, los dojos terminen destruidos en casi su totalidad gracias a las invasiones y bombardeos.


Al finalizar la contienda bélica, la Federación Japonesa de Karate restauró todos los recintos y los unificó. Paralelamente, la instalación de una base estadounidense en las islas permite que a través de los marines se empiece a conocer en occidente. Las consecuencias de este acercamiento se empiezan a ver en las décadas de los 70 y 80 con el surgimiento de miles de escuelas de Karate en todo el mundo, consolidando un deporte que actualmente tiene más de 100 millones de practicantes y 180 federaciones nacionales. Estas últimas se engloban desde 1970 en la Federación Mundial de Karate, quien se encarga de organizar los distintos Campeonatos del Mundo además de la Premier League de esta arte marcial. Sin embargo, a pesar de su masividad e importancia dentro de las artes marciales de todo el mundo, recién y solamente en 2021 (por decisión del COI quedó fuera de París 2024) podrá por fin cumplir el anhelo de ser un deporte olímpico. Mientras tanto, extranjeros y locales esperaremos ansiosos y ansiosas aquel momento en el que el tatami se prepare y los y las contrincantes extiendan sus palmas vacías, listos y listas para el combate.


Leonel Moure

19 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page