top of page

RINGO, AIRE DE PARQUE PATRICIOS

Foto del escritor: Agustin Matias PiñanAgustin Matias Piñan

Actualizado: 24 may 2020

Los ídolos populares van más allá de sus dotes artísticos o deportivos. Lo popular se basa en algo que se trae desde la cuna, que no se compra, ni se vende en ninguna parte. Parque Patricios, un barrio de la Comuna 4 al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tuvo el suyo. Oscar para sus vecinos, Ringo para el pueblo, Bonavena tenía ángel, carisma, luz propia, lo que lo convertía en un icono de la cultura popular argentina. A 44 años de su asesinato, recordamos a Oscar 'Ringo' Bonavena, la leyenda pugilistica de Patricios.

 

Pocos días después de la primavera de 1942, un 25 de Septiembre, Doña Minga daba a luz a su hijo, Oscar Natalio, en la calle Gibson en Boedo, un barrio de la Comuna 5 del sureste de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Parque Patricios veía nacer a un hijo prodigo en una ciudad acerrima como lo es Boedo.


Poco tiempo tardo para que ese joven fuese contenido por el pueblo de Parque Patricios. Luego de ser expulsado de San Lorenzo de Almagro por orinar desde el trampolín de la piscina, Oscar retomo el boxeo en el gimnasio del Club Atlético Huracán, su gran amor y rival del Ciclón de Boedo. Una institución ubicada en el corazón de Parque Patricios que vio crecer a un icono del pueblo quemero y de Patricios que en 1959 consiguió su primer titulo amateur. Los hinchas del "Globito", por aquel entonces, cantaban en las tribunas: "Somos del barrio / del barrio de la Quema / somos del barrio de Ringo Bonavena".


En el comienzo de su carrera, Bonavena cometió un error que le costó caro. Durante los Juegos Panamericanos en San Pablo de 1963, en plena pelea, le mordió la tetilla al estadounidense Lee Carr, lo que le valió una suspensión de por vida de parte de la Federación Argentina de Boxeo. Debido a ello, tuvo que marcharse a Estados Unidos, la meca del box mundial, para convertirse en profesional. 


En el Norte del continente americano, explotó su potencial. Fue considerado de los mejores púgiles del mundo en su categoría a finales de la década del 60 y principios de los 70 llegando a enfrentar a grandes leyendas del box y del deporte como Joe Frazier en dos de ocasiones, y Muhammad Alí, con quien tuvo una pelea estelar -y de igual a igual- en el Madison Square Garden de Nueva York.  El 26 de febrero de 1976, Oscar Natalio realizó el que sería su último combate, contra Billy Joiner al que venció por decisión unánime.


Durante su carrera, Ringo -llamado así después de que lo confundieran con Ringo Starr, baterista de Los Beatles- fue campeón argentino, y dejó un registro de 58 victorias (44 KO), 9 derrotas y un empate


En el epicentro de su carrera,  aceptó el traspaso de su contrato firmado con el empresario puertorriqueño, Joe Montana, para que lo usufructué el siciliano, Joe Conforte, miembro de la mafia y dueño del prostíbulo Mustang Ranch en Reno, Nevada, donde trabajaban entre las 53 máquinas traga monedas, 6 barras y 100 habitaciones, 73 chicas. Allí, conoció a la mujer de Joe, una sexagenaria minusválida llamada Rally Burguess, quien le ofreció contención y ayuda pues el contrato, por razones legales, estaba a su nombre. Bonavena ya estaba amenazado por el italiano pero el de Parque Patricios confió en su determinación para sobrepasar los avisos del jefe de Mustang Ranch.


Bonavena era uno de esos tipos que no podían pasar desapercibidos. Por su gran envergadura física, primero, pero sobre todo por una personalidad extravagante y particular que lo hizo ser un protagonista de su época, la cual era la etapa dorada del pugilismo argentino.


Conforte quería que Oscar peleara con Howard Smith en el Olympic de Los Angeles, en la misma velada en la cual se enfrentarían George Foreman y Joe Frazier. Era una manera de comenzar a recuperar dinero por la inversión en el contrato comprado a Montana. Ringo le dijo que No al promotor Don Chergin, lo que llevo las tensiones entre representado y representante al extremo.


La vendetta de Joe Conforte estaba al caer. Ross Brymer, boxeador sparring y guardaespaldas del siciliano, ubicado en el piso superior del Mustang Ranch, le apuntó con una escopeta a Ringo, le tiró y le traspasó el corazón en la madrugada del 22 de Mayo de 1976, cuando Bonavena, tras haber jugado en el casino Harra's volvía a su casa rodante estacionada frente al prostíbulo. Allí vivía con su amigo Julio Morales. Tenía apenas 33 años...


Tras el estupor que generó su muerte, los restos de Ringo fueron velados en el mítico Luna Park y asistieron más de 150.000 personas que posteriormente acompañaron el cortejo hasta el cementerio de la Chacarita, donde hoy descansa Oscar Natalio. Pese a que sus éxitos deportivos habían quedado atrás, Bonavena seguía teniendo un fuerte arraigo popular.


En la Quema no lo olvidan. En la Mirave, platea este del Palacio Tomás Adolfo Duco, se encuentra una estatua de aquel joven que forjo sus primeras armas en Avenida Caseros 3159. Una ilustración que lo tiene a Ringo sentado, observando a los once hombres que defienden la camiseta del Globo cada fin de semana. Además, la tribuna popular local, donde se ubica la hinchada quemera, lleva su nombre siendo el protector de los quemeros.


Para los corazones de Parque Patricios, Ringo sigue tirando jabs, cortos y sacando risas en Avenida Caseros. Para los quemeros, la simpatía y algarabía de Oscar esta presente en la Quema, acompañando y alentando a su amor más preciado y fiel, Huracán, el Globito. Una leyenda que dejó una marca imborrable en el alma de Parque Patricios.


Agustín Matías Piñán



35 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page