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NAVIDAD UN 30 DE OCTUBRE

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

Creer o no en Dios es una cuestión de fe. Formar parte de alguna religión, es una elección personal. Pero la creencia religiosa más popular es el catolicismo. Aquella que cree en un Dios todo poderoso que creó nuestro mundo y el universo entero en 6 días y al séptimo, descansó. La que piensa que el hijo de Dios nació un 25 de diciembre y que ese hijo pródigo de la Entidad Divina era el mismísimo Dios (o por lo menos, una parte de él) venido a la tierra. Por eso al 25 de diciembre se lo conoce como “El nacimiento de Dios” o, simplemente, “Navidad”. Pero el argentino es un ser tan pasional que adopta cualquier cosa a su propia vida cotidiana. Y esta, no es la excepción, ya que para el futbolero argento… La Navidad, se celebra cada 30 de octubre. Hoy, Diego Armando Maradona (motivo por el cuál Argentina se consagró campeón del mundo en 1986), está cumpliendo 60 años.

 

Navidad un 30 de octubre… ¿Por qué no? Si hasta incluso existen teólogos que afirman la teoría de que Jesús no nació en diciembre, si no que a mediados de abril. ¿Cuántas veces se vio escrito “D10S”? Maradona era sencillamente mágico. Cuando él tenía la pelota, la realidad superaba a la ficción, ya que las cosas que era capaz de hacer con ella en los pies no parecían acciones de un humano. Aunque sea, no de uno común.


Él mismo se ha autodefinido como: “Alguien normal que, por hacerle un golazo a los ingleses, ahora es amado por todos”. Humilde, pero equivocado. Es imposible que alguien normal sea tan hábil en un deporte. Nadie que sea considerado como uno de los mejores del mundo (y de la historia también) en la disciplina que sea, es normal ya que, casualmente, se está hablando de un fuera de serie.


Muchos apodos se le han puesto, pero ninguno lo describe mejor como el que le puso Víctor Hugo Morales: “Barrilete Cósmico”. Volaba dentro de la cancha, cuál birlocha en el aire cuando un niño juega con ella. Y su destreza realmente lo hacía parecer cómo si de verdad viniese de otro planeta, porque rompía las barreras del promedio común del resto de futbolistas. Era tan bueno, que superaba a aquellos que eran considerados de elite.


Su habilidad realmente lo hacía parecer mago. En ninguna religión se utiliza precisamente la palabra “magia”, si no que en todas hablan de Entidades Divinas con “poderes” que van más allá de la comprensión humana. Claramente (y dejando de una buena vez el fanatismo de lado), Maradona no es ningún Dios. No obstante, ya no hay elogios que no le queden corto. Es demasiado grande lo que logró. Quizás no tiene poderes que vayan más allá de la comprensión humana o del análisis de alguien que entienda bien el juego del fútbol, pero si es verdad que ya se acabaron las palabras para describirlo.

Franco Janczewski

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