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MUNDIAL COREA–JAPÓN 2002: CUANDO LA CORRUPCIÓN CASI SALE CAMPEÓN DEL MUNDO, OTRA VEZ...

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

Pocos mundiales son los que el hincha argentino tiene muy borrados en su retina. Uno de ellos es el del 2002 disputado en Japón y Corea del Sur. Los motivos del desplazamiento de esta competencia en la memoria colectiva son dos: los horarios matutinos de los partidos y la pésima actuación de Argentina. Pero si esta copa destacó por algo, fue por los alevosos arbitrajes que inclinaron la balanza para la selección surcoreana, que de no ser por la ayuda recibida jamás podría haber llegado tan lejos (cuarto lugar).

 

Pocas veces se pudo ver manos negras en el deporte tan vergonzosas y escandalosas. ¡Fueron absurdamente obvias! A la hora de hacer un repaso por la competencia de la selección asiática, hay que arrancar por una fase de grupos que carece de sospechas. Lideró un Grupo D que no presentaba a grandes potencias, Estados Unidos fue su escolta y eliminaron a Portugal y Polonia. Italia, en Octavos, fue su primera víctima de robo.


El árbitro de ese cotejo fue Byron Moreno, un pésimo juez ecuatoriano que era muy desaprobado en su país natal por horribles arbitrajes y que ya tenía sospechas de haber aceptado coimas. Solo visto desde el costado de la corrupción es que logra explicarse cómo llegó a dirigir un Mundial, más teniendo en cuenta que fue el único que dirigió. Solo como dato de color, y para aumentar suspicacias, pasó un año entero (2010-11) preso en EEUU por tráfico de drogas.


En el partido contra la “Azzurra”, Christian Vieri adelantó a la visita en el minuto 18 de la primera mitad. Tras desaprovechar varias oportunidades para ponerse 2 a 0, los italianos tuvieron que ver cómo Ki-Hyeon les empataba el partido a falta de dos minutos para el cierre de los ´90 reglamentarios. Ya en el tiempo extra, Moreno impidió lo que hubiera significado el gol de oro y la clasificación del equipo europeo por un off side inexistente. Finalmente, no solo no cobró un penal sobre Totti, sino que luego lo expulsó por doble amarilla (la primera por simular y la segunda por protestar). Jung-Hwan hizo el 2 a 1 que eliminó a los europeos en el ocaso del encuentro.


Siguiente víctima: España, en Cuartos. El árbitro/cómplice en esta oportunidad fue el egipcio Gamal Al-Ghandour. Empezó cobrando todas las divididas a favor del local, permitiéndoles un juego muy brusco, pero cuando los ibéricos querían hacer lo mismo, ahí el africano se ponía estricto con las faltas. Anuló dos goles perfectamente válidos de la “Furia Roja”. En el primero cobró que la pelota se había ido antes de la asistencia cuando claramente no fue así y el segundo fue otro fuera de juego inentendible (igual que en la fase anterior). En los penales Corea ganó 5 a 3.

Alemania en la Semifinal le puso fin a tanta injustica imponiéndoseles por 1 a 0. No hubo protagonismo arbitral en ese partido, por lo menos, habrán tenido un poco de vergüenza para no otorgarle a los coreanos el pase a la Final. ¿Qué motivó esto? ¿De dónde salió el dinero para comprar los partidos? La principal sospecha es que todas las casas de apuestas de Corea necesitaban que a su selección le vaya bien en el Mundial organizado allí, y así empezó todo.

Esta fue, sin lugar a dudas, una de las peores Copas del Mundo de la historia. Manchó una competencia entera y eclipsó a un gran campeón que tuvo ese año, ya que pocos tienen presente en la memoria que ese era el Brasil de Ronaldinho, Cafú, Ronaldo, etc. Un Mundial que va la galería de escándalos de la FIFA, junto a la Final de 1998, el dopping de Maradona de 1994 y permitir la realización de la copa de 1978 en Argentina con el violento y sangriento contexto que vivía el país durante aquella época gracias a la dictadura militar.


Franco Janczewski

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