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IL RAGAZZO DI ORO

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

Tras su paso por el Barcelona, Diego Armando Maradona hizo sus maletas y viajó al sur italiano, hacia Nápoles. Su estadía en España podría haber sido mejor, no dejó una mala imagen, pero sí que se esperaba ver allí el estallido de aquella promesa llamada “El pibe de oro”. Sin embargo, nacido y criado desde la humildad, el auge de este jugador tenía que darse en un equipo de los denominados “no grandes”. Tras un mundial de 1982 (realizado en el país español) en el que la Argentina defensora del título, y con Maradona en el plantel, tuvo un papel discreto, el conjunto culé cometió el error de dejarlo ir.

 

Nunca se volvió a ver nada igual a la revolución maradoneana en Italia. Hasta la llegada del astro argentino, Napoli contaba con solo dos Coppa Italia en su vitrina. A la hora de su partida, ocho años después, “El Pelusa” le dejó al club italiano un total de cinco consagraciones más, entre las cuales se encuentra la única copa internacional de la institución (Copa de la UEFA 1988-89, hoy Europa League) y una contundente Coppa Italia en la que el campeón se impuso por goleada en el global durante toda la segunda fase, la final incluida.


Fue la mejor época de ambos, del equipo y del jugador, ya que durante su estadía allí se consagró con Argentina como campeón del mundo a nivel selecciones en 1986. La idolatría que generó en Napoli se expresa día a día. Varios jugadores argentinos que jugaron ahí después de él contaron que en reiteradas oportunidades les servían las comidas gratis en los restaurantes, solo por ser argentinos y vestir la camiseta celeste, porque según ellos: “Maradona ya nos pagó todo”. Y cuando al crack argentino le tocó dejarnos el pasado 25 de noviembre, el estadio heredó su nombre, retiraron para siempre la número 10 y hasta incluso Luigi De Magistris (alcalde de Nápoles) aumentó las medidas de seguridad solo durante esa noche para evitar suicidios masivos a causa de la triste noticia.


Quizás, su leyenda comenzó a traducirse al italiano un 10 de mayo de 1987, cuando Napoli sale campeón del torneo italiano por primera vez en su historia con un intratable 10 argentino de estandarte. Una campaña formidable, con tan solo tres derrotas y cuarenta y dos puntos cosechados, siendo una de las muy pocas veces en que el clásico de clases sociales entre la elite norteña (Juventus) y la humildad sureña (Napoli) fue victoria para los segundos mencionados tanto en la primera como en la segunda ronda de la Serie A. Y como frutilla del postre, subcampeón quedó la Juve.


Cuando se habla del Napoli no se puede hablar de un equipo grande ni de uno acostumbrado a salir campeón. Tiene diez títulos en su haber, uno de carácter internacional y cuatro descensos en los que solo una vez volvió a primera siendo el campeón de la segunda categoría. Maradona no solo fue pieza clave en el primer título de torneo local de Napoli, sino que además del segundo (y último) y de su única consagración internacional también. Napoli multicampeón con Diego a la cabeza es la alegoría perfecta de la vida de su ídolo: los nacidos desde la humildad triunfando sobre los poderosos.


Franco Janczewski

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