Berlín, una ciudad repleta de historias. En donde el fútbol es protagonista de varias de ellas y uno de sus actores principales es el Unión Berlin. Un club con mucha trayectoria, que en el 2019 logró, por primera vez, alcanzar la máxima categoría alemán.
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El 17 de junio de 1906 se fundo el Unión Berlin. Su primer nombre fue FC Olympia Oberschöneweide, pero cuatro años más tarde tomaría el nombre por el cual lo conocemos hoy. Sin embargo tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, se tomó la decisión de disolver al equipo y el club fue cambiando de nombres. Hasta 1966, año en el que se refundo el FC Unión Berlin.
En sus primeros años de vida el club recibiría un apodo que lo acompañaría por el resto de su vida. Debido a la vestimenta del equipo era completamente azul se los empezaron a apodar los metalúrgicos, en referencia también por la zona industrial donde estaba ubicado el Club. Los hinchas, dirigentes y fanáticos tomaron este apodo y crearon el lema “Eisern Unión” (unión de hierro). Años más tarde este lema sería utilizado para la creación del himno.
Con la re-fundación de 1966 no sólo le devolvieron el nombre al Unión, sino que también le devolvieron su identidad. Volvió a ser ese club que era rebelde contra los poderosos, que no se quedaba callado, el estadio se transformó en un espacio de libertad de pensamientos y le daban voz al que no era escuchado.Todo esto y en el contexto de la guerra fría dio inició a la rivalidad contra el Dynamo de Berlín, club controlado por el servicio secreto del comunismo alemán. El Dynamo gobernó la Oberliga, torneo que se disputaba en la Alemania del Este. De esta manera la disputa no solo era futbolística sino que también era ideológica. Sin embargo mientras los hinchas del Dynamo festejaban los campeonatos, los fanáticos del Unión recorrían las divisiones menores de Alemania.
La caída del muro afectó severamente a los equipos del Este, no solo a los que eran favoritos como el Dynamo sino que también a los clubes que no tenían el apoyo político como el Unión. La década del 90’ fue dura para los fanáticos del equipo metalúrgico, en 1997 se salvaron de la quiebra. Si bien el cambio de siglo parecía traer cosas buenas, lograron ascender a la segunda división de la Bundesliga y en el 2001 llegaron a la final de la Copa Alemana.
En el año 2004, la crisis volvió a tocar la puerta del conjunto berlinés, si el Unión Berlin quería disputar la segunda división de Alemania, entonces tenía que pagar la suma de 1.5 millón de euros, una cifra que no tenía. Pero cómo la unión hace la fuerza, los hinchas realizaron una campaña para recaudar fondos, “Sangre por Unión”. De esta manera se donaba sangre para conseguir la plata necesaria. Si bien la suma recaudada fue importante, no se logró juntar la cifra final por eso Dirk Zingler, fanático del Unión decidió poner lo que faltaba. Un acto que lo terminaría convirtiendo en presidente del club de sus amores.
Bajo el mandato de un nuevo presidente, las bases del club se respetaron y lo primordial son los hinchas. Lo que sucede en el Unión Berlin es algo difícil de encontrar en otros clubes, ya que realmente es un club hecho por y para los hinchas. En tiempos donde todo se rige por el mercado, la asamblea tomó decisiones cómo no vender el nombre del estadio, el de mantener precios accesibles en las entradas y el no gastar más de lo necesario en el mercado de pases.
Todas estas bases, lograron consolidar algo más que un club, una familia. Que en el año 2019 vivieron su más grande alegría con el ascenso a la máxima categoría del fútbol alemán.
Las instituciones como el Unión Berlin, realmente son una aguja en un pajar en los tiempos que corren. Un club donde a lo largo de sus historia logró remontar y salir a flote, no siempre fue fácil. Si bien hubo momentos en donde parecía alejarse de sus orígenes, fue ahí cuando aparecieron los hinchas para volver a encaminarlo. Un club que lleva el nombre bien puesto, un club que está forjado por el hierro, donde la cancha es la forja y los hinchas sus maestros herreros.
Ariel Mc Grath
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