El 19 de febrero de 1910 se inauguró el mítico Old Trafford, la casa del Manchester United. Su primer partido fue un adelanto de lo que vendría en el futuro, los diablos rojos perdieron 4-3 frente al Liverpool, un partidazo. A partir de ahí fueron 110 años de historias y hazañas, siendo anfitrión de varias finales por las competencias más importantes del mundo.
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Previo a la construcción del Old Trafford, el United -en ese momento el Newton Heath- hacía de local en el North Road y luego en el Bank Street. Las infraestructuras y las condiciones de esos estadios no eran las mejores para los jugadores del Newton. Para inicios de 1902, las deudas del equipo incrementaron: en su momento eran de más de 2600 libras esterlinas y el futuro era bastante incierto para el equipo. Ante esta situación el capitán del equipo, Harry Stafford, decidió ir a buscar apoyo económico y fue ahí donde conoció a John Henry Davies. John fue uno de los cuatro inversionistas que apoyaron al equipo para que pueda levantar, con la suma de 500 libras. La salvación vino acompañada de un cambio de nombre y con la ambición de construir su propio estadio.
El club había ganado la First Division y la FA Cup en los últimos años, motivo por el cual John Henry Davies creyó, en 1909, que era el momento de abandonar Bank Street y tener un lugar propio. El encargado fue Archibald Leitch, arquitecto creador de otros estadios como el Stamford Bridge. La idea inicial era que el nuevo estadio tenga una capacidad de 100.000 espectadores, pero debido a los costos de construcción se bajó a 80.000. No obstante, esto tampoco fue suficiente y tuvieron que ir a pedir subvenciones. Decidieron hacerle una propuesta al Comité de Líneas de Cheshire, los cuales tenían un depósito ferroviario cercano a los terrenos del nuevo estadio. Pedido que fue rechazado por el comité.
El 19 de febrero de 1910, el Old Trafford abrió sus puertas, convirtiéndose en uno de los estadios más grandes e imponentes del Reino Unido. Previo a la apertura del Estadio Wembley, la casa del United hospedó varias finales de la FA CUP (1910/11, 1914/15) y la repetición de la definición de 1969/70.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se utilizó como depósito militar. Si bien la pelota seguía girando, a fines de 1940 los alemanes realizaron un bombardeo en Trafford Park, que daño el estadio. Para marzo de 1941, el United pudo volver a su casa pero un nuevo ataque volvió a destruir gran parte del Old Trafford. Durante ocho años, de 1941 a 1949, los diablos rojos se vieron obligados a jugar en el Maine Road, en donde hacía de local Manchester City, su clásico rival.
Bobby Charlton, mítico jugador del United y sobreviviente de la Tragedia de Munich, fue el que bautizó al estadio como “El teatro de los sueños”. Al momento de despedirse, tras casi 20 años de defender a su amado club, el jugador disputó su último encuentro en donde dejaría la icónica frase de: "Todos los niños de Manchester sueñan con triunfar en este teatro. Yo he cumplido mis sueños aquí".
A lo largo de su historia, el estadio sufrió varias reparaciones que modificaron su capacidad de espectadores. Hoy tiene un aforo de casi 75.000 fanáticos. Un dato curioso es que su partido record de asistencia no corresponde a un encuentro del United. Para 1939, se disputó las semifinales de la FA Cup, entre el Wolverhampton y el Grimsby Town, en donde los lobos se impusieron 5-0 ante 76,962 almas.
El Old Trafford es uno de los estadios más emblemáticos del mundo, una cancha que cualquier futbolero desea conocer y recorrer. Ese césped lo pisaron los mejores jugadores y técnicos del mundo. Sus tribunas están repletas de historias, tanto felices como de momentos tristes. Hoy los diablos rojos celebran el aniversario 110 de su amado hogar.
Ariel Mc Grath
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