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EL PRIMER HOMBRE EN HACER QUE BOCA TOQUE EL CIELO

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

Cuando se habla de equipos tan grandes a nivel internacional como Boca Juniors, uno espera que sea un club con más de una década dorada. Por ejemplo… ¿Es justo decir que el Real Madrid campeón de 4 Champions entre 2014 y 2018 (tres de ellas consecutivas) vivió durante esos años su periodo más dulce? ¿Qué queda entonces para “Los Galácticos” del 2000? ¿Y para el Real Madrid de Di Stefano que ganó 5 Champions seguidas entre 1955 y 1960, que encima fueron las primeras consagraciones del conjunto español en la competición más importante de Europa? En cuanto a Boca, su mejor época fue sin ninguna duda los comienzos del nuevo milenio y la llegada de Carlos Bianchi que trajo consigo campeonatos de todo tipo: títulos locales, internacionales y victorias en finales del mundo. Los de La Rivera ganaron todo. Pero no fue la primera vez que el Xeneize probaba las mieles del éxito. Antes de la llegada del “Virrey”, otro hombre supo hacer lo mismo: Juan Carlos “El Toto” Lorenzo.

 

Cada vez que se lo nombra, se piensa en él como entrenador, no como futbolista. Es que fue tan grande lo que logró siendo técnico que opaca su época como jugador. Y es que efectivamente fue en la segunda faceta en donde triunfó rotundamente. En la primera, se pueden destacar sus inicios en Chacarita Juniors, ya que formó parte del equipo que consigue el ascenso a Primera División en 1941 (primer ascenso a Primera del funebrero en la época profesional, ya que también había conseguido lo mismo una vez en 1924, pleno amateurismo). En 1944 se calzó la azul y oro. En ese equipo consiguió una copa nacional y dos copas rioplatenses, las cuales solo disputaban argentinos y uruguayos. De su paso por Europa hay dos clubes a los cuales se debe mencionar (aunque haya jugado en más). El Atlético Madrid y el Mallorca. El porqué de la mención del equipo colchonero se verá más adelante, y en los Bermellones se dio el lujo de cumplir un rol que al día de hoy sigue siendo extraño, aquel del “jugador-entrenador”. Es decir, un futbolista que forma parte del equipo y que se entrena a la par de sus compañeros, pero que a la misma vez también tiene puesto el buzo de entrenador y da indicaciones. Hasta hace muy poco se hacía loco ver como Sebastián Abreu llevaba a cabo esa función en el Boston River (renunció el pasado lunes) en 2020, ahora hay que imaginarlo en el año 1958.


Pasando a su vida como entrenador, hay que decir que parecía no importar que equipo agarrase, “El Toto” pestañaba y salía campeón de un torneo nuevo. Está considerado como uno de los mejores entrenadores de la historia del fútbol argentino. Empezando por lo que quedó pendiente del párrafo anterior, el Atlético Madrid no sabe lo que es ser campeón de la Champions. Insólitamente, si sabe lo que es ser campeón del mundo. En 1974, Juan Carlos toma las riendas del equipo rojiblanco y lo hace llegar por primera vez en su historia a una final de Champions League. Lastimosamente para los españoles, en frente tenían al Bayern Munich alemán, un equipo anacrónico que no importa el año ni la época en el que se lo enfrente siempre va a ser una pesadilla. El primer partido en el Estadio Heysel de Bruselas un 15 de mayo, empataron 1-1. Dos días después, el 17 de mayo, se volvieron a ver las caras en el mismo lugar y los alemanes no tuvieron piedad al endosarles a sus rivales finalistas un doloroso 4-0. Al poco tiempo de la categórica derrota, el argentino renunció a su puesto. Por ser campeón de Europa, el Bayern se había ganado el derecho de jugar la Copa Intercontinental ante Independiente de Avellaneda. Pero alegando problemas de tiempo, no se presentaron, y la UEFA (con permiso de la FIFA), le otorgó ese cupo al subcampeón. Un Atlético Madrid que ahora era dirigido por Luis Aragonés y que se impuso ante los argentinos. De no ser por la excelsa campaña que llevó acabo el porteño en la competencia internacional, los españoles no se podrían haber dado ese lujo.


Ya en cuanto a Boca Juniors, ni el más optimista de los hinchas boquenses se hubieran imaginado todo lo que pasó luego de que Lorenzo firmara. Antes de hacerlos campeones de América por primera vez, en 1976 su Boca derrota a River Plate en lo que fue la primera final superclásica de la historia, cuando ganaron la final del Nacional ´76 por 1-0 con gol de tiro libre del “Chapa” Suñé. Al año siguiente, ese mismo equipo consiguió la Copa Libertadores por primera vez para la institución azul y amarilla, decorando ese título con una consagración mundial ante el Borussia Mönchengladbach. Y por si eso fuera poco, “El Xeneize” revalidaría su título continental en 1978, siendo ahora incluso bicampeón de América. Aunque esta vez no tendría la chance de defender el título mundial, ya que el Liverpool (campeón europeo) no se presentó a disputarla.


Para cerrar, no se puede obviar los pasos que tuvo como entrenador de otros dos grandes del fútbol local. Se dio el lujo de conducir al club de sus amores, San Lorenzo de Almagro, y hasta incluso lo saco bicampeón del torneo local allá por los años 1971 y 1972, consiguiendo el último de manera invicta. Y por último, también agarró a Racing en uno de los peores momentos de su historia, cuando “La Acade” descendió por primera y única vez. Tomó las riendas del equipo sobre el final de la competición y poco pudo hacer para evitar la catástrofe.


Después de una carrera buena como futbolista, nadie se esperaba todo lo que Juan Carlos “El Toto” Lorenzo iba a conseguir sentado en el banco de suplentes. Estratega como pocos, ganó todo lo que quiso. Y por eso, este reconocimiento hacia él, justo hoy cuando se cumplen 19 años de su fallecimiento a causa de una infección pulmonar. El antiguo milenio acabó, y despiadadamente se llevó con él a un genio del fútbol argentino.


Franco Janczewski

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