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CUANDO EL BICHO VOLÓ POR TODA AMÉRICA

Era el año 1985. Fue cuando Argentinos Juniors realizó su viaje por el continente, que lo llevó hasta Cali, ya que su rival en la final era América de Cali. Pero esa fue en realidad una escala, porque tanto en la ida como en la vuelta se impuso el local respectivamente, y el verdadero destino final de la aventura del bicho por América era Asunción, Paraguay: el Estadio Defensores del Chaco.

Fue un batacazo sin ninguna duda, el equipo argentino pateó el tablero quedándose con aquella Copa Libertadores. No era favorito en la previa del inicio de la competición ni tampoco lo fue en la final. De hecho, esa final es una de las que forma parte de “La Maldición del Diablo en las Libertadores”. Este título que parece sacado de una novela de Sacheri, se debe a que América de Cali (les dicen “Diablos”) perdió 3 finales consecutivas de Libertadores entre 1984 y 1986, siendo la de Argentinos la segunda de estas. Como dato de color: el equipo colombiano nunca fue campeón de este torneo.


La llave decisiva no podría haber sido más reñida. El primer partido en tierras argentinas fue 1-0 para el local. En Colombia se repitió el tanteador y otra vez era el local quién se imponía. En aquel tiempo, si ambos ganaban una de las dos finales se tenía que jugar un desempate en un país neutro. Ese juego fue en tierras guaraníes y terminó 1-1. Tras 3 partidos en los cuales ninguno cedía, ya que querían saber lo que se sentía levantar ese trofeo por primera vez para su club, los penales decretaron al humilde equipo del barrio de La Paternal como el nuevo rey continental. Los cafeteros cayeron 5-4.


El técnico del campeón, José Yudica, se vistió de maestro. Cuando el fierro estaba más caliente supo cambiar la táctica. Siempre jugó 4-3-3, pero en el tercer partido formó 4-2-3-1, se vio obligado a hacer el cambio porque se lesionaron los dos que acompañaban al Bichi Borghi en la delantera: José Antonio Castro y Carlos Ereros. Al central Jorge Olguín lo adelantó y lo puso de doble 5, al lado de Sergio Batista, puso al norteamericano nacionalizado argentino Renato Corsi de enganche, a sus costados hicieron el papel de volantes ofensivos Emilio Commisso (que hizo el gol ese día) y Mario Videla y Borghi fue el único referente de área. En cuanto a los penales, Argentinos Juniors los convirtió todos. Pero la consagración más importante de la historia del Bicho no podía ser de otra manera, si no sufre no vale. Un club que por historia está acostumbrado a tener que pelearla. No es el más ganador a nivel local, tiene 5 descensos a la segunda categoría del fútbol argentino y (salvo el ascenso en 2017, que ganó el torneo de punta a punta) le suele costar la estadía en aquella división.


Se podría decir que fue aquella copa el merecido premio que tenía un club que tanto le dio al fútbol de su propio país. De allí salieron genios invaluables como el mismísimo Diego Armando Maradona, Juan Román Riquelme, Fernando Redondo, etc. El año 1985 fue cuando “El Semillero de Argentina” tuvo su merecida recompensa.


Franco Janczewski

 
 
 

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