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CORAZÓN AZUL Y ORO

Foto del escritor: Franco JanczewskiFranco Janczewski

El hincha de Boca tiene un lema: “La Bombonera no tiembla, late”. Es una forma muy poética de referirse a un estadio. La cancha de cada equipo es indefectiblemente su corazón, porque ahí se aloja lo más preciado que tiene un club, sus hinchas. Para continuar este paralelismo con un humano, el club en sí sería el cuerpo, los hinchas la sangre y los títulos podrían ser el aire respirado. Y al Xeneize le sobra de todos esos ítems.

 

Cada 25 de mayo los argentinos celebran la Revolución contra España. No obstante, hay hinchas de Boca (no muy patrióticos) que recuerdan esta fecha por otra cosa. Pasa y resulta que el boquense es un fanático muy orgulloso. Se enaltece de su historia y de lo imponente que puede llegar a ser el club. Al ser un equipo de muchos campeonatos logrados y victorias anecdóticas, se hizo de su propio respeto nacional e internacional. Y como no podía ser de otra manera, La Bombonera también fue escenario de partidos tremendos. Victorias históricas (ganarle 3 a 0 al clásico rival, River Plate, y eliminarlo de la Copa Libertadores dando vuelta la serie) y consagraciones épicas (los penales en la final de la Sudamericana 2005) quedan en la retina del hincha cuando debe pensar en su hogar.


Es un lugar único porque su estructura deja las tribunas muy cerca del campo de juego. Esto hace casi imposible la comunicación entre jugadores y es una clara ventaja para el local, que ya está acostumbrado a tener que jugar y comunicarse con el resto pese al griterío en el oído. Muchos se animan a decir que es igual a Anfield, casa del Liverpool inglés, ya que también tiene al hincha red muy cerca de los 22 futbolistas. Una situación que impacta al visitante. Ha ocasionado que muchos que la visitaron por primera vez como rivales luego elogien la cancha. Además, las flores pasan a la tribuna, ya que derivó también en varias oportunidades a que se felicite al público bostero.


Debe ser el estadio al que más protagonismo se le da. Hay muchos partidos que luego de una victoria del local el título del día siguiente en los medios era: “El partido que ganó La Bombonera”. Y ese tipo de rótulos no faltan… “El penal que atajó La Bombonera”, “El campeonato que ganó La Bombonera”, etc. Para ahorrarse un ataque de celos contra su propio albergue, el jugador de Boca tiene que estar listo para que se le dé mucho mérito por su partido al estadio, puntualmente.


¿De verdad una cancha puede influir tanto? Es una cuestión absolutamente psicológica. Siempre impacta la primera vez que se juega allí. Uno no está acostumbrado a sentir el aliento tan de cerca. Si influye o no depende de cada deportista, aunque claro que para quienes hacen de local es un plus sentir constantemente los cánticos a su favor al lado suyo.


El fervor hace que se muevan sus paredes. Durante años se utilizó esto de cargada, pero el hincha de Boca encontró este recurso poético del latido para dar vuelta la idea original de burla y hacerla su orgullo. Como se dijo antes, en todos los clubes se puede decir que cada estadio es su corazón, pero en Boca y con La Bombonera se ve el máximo y más claro ejemplo.


Franco Janczewski

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