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CIERTOS FUEGOS NO SE ENCIENDEN FROTANDO DOS PALITOS

Foto del escritor: Carla MileoCarla Mileo

El periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano hubiera cumplido, hoy, 80 años. El mejor homenaje que podemos brindarle es mantener encendida su memoria.

 

A lo largo de toda su obra, la pelota y el poder se cruzaron de manera evidente. Su literatura contó con libros como “Su majestad el fútbol” (1968) y “El fútbol a sol y a sombra” (1995), que han marcado el camino en la historia escrita de los lazos entre el fútbol y la política en Latinoamérica y el mundo. El montevideano reconocía el rol de esta práctica en la sociedad y se desligaba de la mirada inocente que entiende al deporte como un evento donde lo único que está en juego es un mero resultado. Denunciaba los entramados de poder en las organizaciones del fútbol mundial, contrarrestando la idea de los clubes como espacios donde explotar la ganancia económica.


En 2018, 3 años después de su fallecimiento, se publicó otro libro de su autoría vinculado con el deporte: “Cerrado por fútbol”. En sus hojas, al igual que en los libros mencionados anteriormente, el escritor revela la identidad rioplatense constituida alrededor de la pasión futbolera. Sus cuentos y crónicas estuvieron atravesados por la nostalgia de los potreros, que a lo largo del siglo XX se convirtieron gradualmente en empresas manejadas por los negociados. Según su visión, la llegada de estos negocios pisoteaba la magia de poder jugar y disfrutar de un deporte tan hermoso y popular como el fútbol.

Sus aportes políticos más relevantes fueron hechos desde una postura de izquierda y apuntaron a dimensionar la fuerza del pueblo latinoamericano para construir soberanía e independencia, en un mundo manejado por la tiranía y el capitalismo. En sus trabajos realiza una profunda investigación de las problemáticas de la región, con el fin de demostrar las grandes falencias del sistema político, social y económico adoptado mundialmente.


Su libro más reconocido “Las venas abiertas de América Latina”, fue publicado en 1971 en un contexto marcado por la Guerra Fría y, años más tarde, por la instauración de las dictaduras cívico militares que sufrió la región latinoamericana, con el apoyo del imperio estadounidense. La censura a lxs pensadorxs de izquierda fue uno de los objetivos de los gobiernos militares y el escritor debió enfrentarse a la persecución política tanto en su país como en Argentina y Chile. Fue obligado al exilio: “De Montevideo me había marchado porque no me gusta estar preso; de Buenos Aires, porque no me gusta estar muerto”.


La labor periodística de Eduardo Galeano inició en 1960 como jefe de redacción de Marcha, un semanario uruguayo fundado por Carlos Quijano, que tuvo colaboraciones de otros escritores destacados de la época, como su coterráneo Mario Benedetti. Durante su estadía en Buenos Aires, fue el director de Crisis, una revista política que problematizaba ejes como la colonización, la democracia, la dictadura y el imperialismo. La misma existió desde 1973 hasta 1976, año en el que la dictadura cívico-eclesiástico-militar argentina obligó al uruguayo a continuar su vida en España. “Fue un largo acto de fe en la palabra humana solidaria y creadora (...) Por creer en la palabra, en esa palabra, Crisis eligió el silencio. Cuando la dictadura militar le impidió decir lo que tenía que decir, se negó a seguir hablando".


En España, el escritor fue recibido por el también exiliado Juan Domingo Perón, con quien mantuvo una extensa charla que finalmente plasmó en su escrito “Perón, los gorriones y la Providencia”, publicado en su libro “Nosotros decimos No”. En él destaca las cualidades más interesantes de la figura del general, dejando en claro la relevancia de la aparición del mismo en el escenario político de nuestro país: “(...) Desde la caída de Perón en adelante, los sucesivos golpes militares no han sido más que homenajes que el miedo ha ido rindiendo a esta verdad: cuando hay elecciones libres, el peronismo gana. El peronismo siguió siendo, por acción o por omisión el árbitro de la vida política de Argentina y Perón un convidado de piedra que decide por su ausencia (...)”


Luego de su persecución política y tras su regreso al territorio, más precisamente a Uruguay en 1984, el autor siguió publicando exitosos libros, entre ellos “El libro de los abrazos”. Con éste, ha conseguido una conexión emocional con sus lectorxs que terminó sellando una historia alimentada por la empatía. Con la calidez de la escritura del uruguayo, es fácil sentirse contenidx con cada palabra: Eduardo Galeano nunca para de abrazarnos.


Carla Mileo

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